Muchas veces se ha hablado de sobre cuál será el origen del castaño en España.
Esta especie es originaria del Asia Menor, desde donde los romanos y griegos lo extendieron notablemente por Europa desde hace millones de años.
Sin entrar en la evidente influencia de la propagación humana, no se pueden obviar los registros polínicos que las especies del género Castanea han dejado a lo largo de los tiempos, y así encontramos en España estos restos del Cuaternario correspondientes al Pleistoceno inferior en Gerona, del Pleistoceno medio en Burgos y Madrid, del superior en San Sebastián y ya más recientes, del Holoceno, en Gerona, Galicia y Navarra. Anteriores al Pleistoceno existen registros fósiles del Mioceno en Mallorca (probablemente de Castanea baleárica), la Cerdaña (Gerona) y el Bajo Llobregat (Barcelona).
En el s. XVIII, en Extremadura y a finales del s. XIX en la cornisa Cantábrica, la enfermedad de la «tinta» hizo desaparecer el 80% de los castaños.
Los castañares ocuparon entre las 140.000 y las 150.000 Has. en España.
En 1976, el Inventario Forestal Nacional cifra en 126.000 Has. en 1986, el ICONA contabiliza 84.000 Has. de Monte Alto y unas 50.000 Has. de Monte Bajo.